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Sobre el COVID-19 | Un Mensaje del Presidente.

Translation by Abel Barraza
February 2, 2020
Como iglesia, deseamos promover buena salud entre nuestros miembros y entre aquellos con quienes nos relacionamos.

13 de Marzo del 2020

 

Querida familia Adventista del Séptimo Dia Movimiento de Reforma de todo el mundo,

 

Que la paz de nuestro Señor Jesucristo sea con cada uno de uds.

 

Todos hemos estado observando el desarrollo de la pandemia del coronavirus en las últimas semanas, a medida que alcanza casi cada parte del mundo. Como iglesia, deseamos promover la buena salud entre nuestros miembros y entre aquellos con quienes nos relacionamos.

 

Así que, aprovecho esta oportunidad para aconsejar a los miembros de nuestra familia de iglesia, a hacer lo mejor para prevenir contagiarse, y/o evitar contagiar a otros.

 

Como Reformadores debemos continuar practicando la reforma de salud que se nos ha revelado, y mejorar nuestros hábitos de nutrición, descanso, ejercicio, higiene y todo lo relacionado a la salud. Una vez que hagamos nuestra parte, podemos confiar que Dios tendrá cuidado de nosotros y no dejará que nos acontezca algo que no sea Su voluntad.

 

¿Quién provoca esta clase de pestilencias?

 

“Satanás obra asimismo por medio de los elementos para cosechar muchedumbres de almas aún no preparadas… [Pero] Es Dios quien protege a sus criaturas y las guarda del poder del destructor. Pero el mundo cristiano ha manifestado su menosprecio de la ley de Jehová, y el Señor hará exactamente lo que declaró que haría: alejará sus bendiciones de la tierra y retirará su cuidado protector de sobre los que se rebelan contra su ley y que enseñan y obligan a los demás a hacer lo mismo.

 

“Al par que [Satanás] se hace pasar ante los hijos de los hombres como un gran médico que puede curar todas sus enfermedades, Satanás producirá enfermedades y desastres al punto que ciudades populosas sean reducidas a ruinas y desolación. Ahora mismo está obrando. Ejerce su poder en todos los lugares y bajo mil formas: en las desgracias y calamidades de mar y tierra, en las grandes conflagraciones, en los tremendos huracanes y en las terribles tempestades de granizo, en las inundaciones, en los ciclones, en las mareas extraordinarias y en los terremotos. Destruye las mieses casi maduras y a ello siguen la hambruna y la angustia; propaga por el aire emanaciones mefíticas y miles de seres perecen en la pestilencia. Estas plagas irán menudeando más y más y se harán más y más desastrosas. La destrucción caerá sobre hombres y animales. “La tierra se pone de luto y se marchita”, “desfallece la gente encumbrada de la tierra. La tierra también es profanada bajo sus habitantes; porque traspasaron la ley, cambiaron el estatuto, y quebrantaron el pacto eterno”. Isaías 24:4, 5. CS 576.1.

 

Corazones temblorosos, vuelvan al Padre

 

Aunque para muchos es un tiempo de terror, podemos levantar nuestras cabezas y regocijarnos en el hecho de que nuestra redención esta más cerca que nunca:

 

“Entonces verán al Hijo del Hombre, que viene en una nube, con poder y grande majestad. Cuando estas cosas empiecen a suceder, cobrad ánimo, y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca.” Lucas 21:27-28.

 

Podemos aprovechar esta oportunidad en que la gente vive en incertidumbre sobre su futuro, para decirles que la solución a los problemas del mundo y a cualquier problema personal que estén enfrentando, se acerca. Jesús es la solución a todos los problemas, y Él está por cumplir Su promesa de volver a este mundo y llevar consigo a quienes han vivido en El, a un mundo mejor. ¡Pronto nos llevará a casa!

 

La venida de Jesús y el establecimiento de Su reino de justicia está a las puertas.

 

Actividades de la Iglesia

 

En relación a las reuniones de nuestra iglesia, animamos a nuestros miembros a continuar reuniéndose regularmente, salvo en casos cuando sospechas razonables de contagio lo impidan (donde aquellos más vulnerables y propensos a sufrir o hasta morir si contraen el virus, estén presentes) o en lugares donde las autoridades hayan prohibido las reuniones debido al riesgo de contagiar la enfermedad.

Como siempre, hemos de obedecer a las autoridades como instrumentos de Dios, siempre y cuando no sea nada contrario a nuestra obediencia a Dios. (Romanos 13:1, Hechos 5:29).

 

Seguir instrucciones para prevenir la enfermedad es nuestro deber cristiano.
 

No reunirnos para evitar ponernos o poner a otros en riesgo, no debe ser considerado una falta de fe. Se espera que tengamos el mejor cuidado posible del templo de Dios. “¿No sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros, que tenéis de Dios, Y que no sois vuestros?” 1 Corintios 6:19.

 

Al contrario, si hay un riesgo claro e innecesariamente nos exponemos, se considera presunción. “Y Jesús respondió: "Dicho está: 'No tentarás al Señor tu Dios”.” Lucas 4:12.

 

Seamos fieles a nuestro Padre Celestial, y si es Su voluntad, nos guardara de este mal.

 

En caso de que Dios tenga un plan diferente para alguno y se contagia del virus, recordad que Dios os cuida y que él es el gran Medico. Él os ama y os conducirá en sus brazos de amor para superar la prueba.

 

Que Dios en su misericordia y gracia nos de discernimiento y poder para hacer Su voluntad y glorificar Su nombre en toda circunstancia.

 

Vuestro hermano en la bienaventurada esperanza, Eli Tenorio.