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Sabbath Bible Lessons

La Vocación del Cristiano

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Lección 3 Sábado, 19 de enero de 2008

El Libro de la Naturaleza

“Por la fe entendemos haber sido constituido el Universo por la Palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía” (Hebreos 11:3).

“En el libro de la naturaleza de Dios se hallan lecciones que deben ser aprendidas.” –Manuscript Releases, tomo 2, pág. 307.

Lectura adicional:   Conducción del Niño, págs. 43–50. 

Domingo 13 de enero

1. PENSAMIENTOS INSPIRADORES

a. ¿Qué fue inspirado a decir sobre la naturaleza el profeta Nehemías? Nehemías 9:6.

“Hay hermosura en la pavorosa grandeza del valle, en las solemnes y macizas rocas agrietadas; hay majestad en las montañas que parecen tocar el cielo. Ahí están los elevados árboles con sus hojas delicadamente formadas; las briznas de hierba, el capullo que comienza a abrir y las flores abiertas, los árboles del bosque, todos los seres vivientes. Todos orientan la mente hacia el Dios grande y viviente. Cada facultad de nuestro ser testifica de que hay un Dios vivo, y podemos aprender del libro abierto de la naturaleza las lecciones más preciosas respecto del Señor del cielo.

“En este estudio la mente se expande, se eleva y se torna deseosa de conocer más acerca de Dios y de su majestad. En nuestro corazón se despiertan sentimientos no sólo de reverencia y pavor, sino de amor, de fe, de confianza y de completa dependencia de Aquel que es el dador de todo bien. Y cuando contemplo sus maravillosas obras y veo las evidencias de su poder, instintivamente pregunto: ‘¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?’ (Salmos 8:4). . . .

“¿Y por qué no habríamos de conversar más sinceramente, y con nuestra mente orientada por lo celestial, acerca de los dones de Dios manifestados en la naturaleza? Él ha hecho todas estas cosas, y concibió que viéramos a Dios en sus obras creadas. Estas cosas han de mantener a Dios en nuestro recuerdo, elevar nuestros corazones de las cosas sensuales, y atarlos con vínculos de amor y de gratitud a nuestro Creador.” –Dios Nos Cuida, pág. 120.


Lunes 14 de enero

2. CONSIDERANDO LAS ALTURAS

a. ¿Con qué pensamientos deberíamos permitir que la naturaleza nos inspire? Salmos 19:1–3; 143:5, 6.

“El gran Arquitecto ha formado y preparado las escenas de la naturaleza para que ejerzan una impresión importante sobre el carácter intelectual y moral del hombre. Estas deben ser la escuela de Dios para educar la mente y la conducta. Aquí la mente puede tener un vasto campo de estudio en la manifestación de las obras majestuosas del infinito.” –Nuestra Elevada Vocación, pág. 254.

“Consideremos las elevadas y escalonadas montañas en su majestuosa hermosura, con sus rocosas murallas almenadas semejantes a los grandes y antiguos castillos. Estas montañas nos hablan de la ira desoladora de Dios al vindicar su ley quebrantada, porque fueron levantadas por la tormentosas convulsiones del diluvio. Son como poderosas olas que se detuvieron inmóviles ante la orden de Dios; como ondas embravecidas, detenidas en su orgullosa marejada. Estas altísimas montañas pertenecen a Dios; Él gobierna sobre su rocosa solidez. La riqueza de sus minas también le pertenece, así como las profundidades de la tierra.

“Si queréis ver las evidencias de que hay un Dios, contemplad a vuestro alrededor, por doquiera. Él está hablando a vuestros sentidos e impresionando vuestra alma mediante sus obras creadas. Dejad que vuestros corazones reciban esas impresiones, y la naturaleza será para vosotros un libro abierto, y os enseñará la verdad divina a través de las cosas familiares. Los elevados árboles no serán considerados con indiferencia. Cada capullo que se abre, cada hoja con sus delicadas venas, testificará de la habilidad infinita del gran Maestro Creador. Las rocas macizas y las elevadas montañas que se levantan a la distancia, no son el resultado de la casualidad. Hablan con silenciosa elocuencia de Aquel que se sienta en el trono del Universo, alto y sublime. ‘El Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos’ (Hechos 15:18). Todos sus planes son perfectos. ¡Qué temor y reverencia debería inspirar su nombre!” –Ídem., pág. 253.

b. ¿Qué mensaje está escrito en cada elemento de la creación de Dios? Salmo 121:1, 2.

“La mano que sostiene los mundos en el espacio, la mano que mantiene en su disposición ordenada y actividad incansable todas las cosas en el Universo de Dios, es la mano que fue clavada en la cruz por nosotros.” –La Educación, pág. 128.


Martes 15 de enero

3. ELEMENTAL AUNQUE SUBLIME

a. Nombre dos elementos en la naturaleza que sirven como ejemplos prácticos de fe. 1 Samuel 2:2; Salmos 36:6; 125:1, 2.

“Dios mismo es la Roca de la eternidad, un refugio para su pueblo, una protección contra la tormenta, una sombra protectora del ardiente calor. Él nos ha dado sus promesas, las cuales son más firmes e inamovibles que las alturas rocosas, las colinas eternas. Las montañas desaparecerán, y las colinas serán removidas, pero su bondad nunca se apartará, ni su pacto de paz será quitado de aquellos que mediante la fe hacen de Él su confianza. Si buscamos a Dios en demanda de ayuda con tanta firmeza como esas montañas desnudas y rocosas señalan a los cielos, nunca seremos movidos de nuestra fe en Él y de nuestra obediencia a su santa ley.” –Nuestra Elevada Vocación, pág. 253.

b. ¿Qué podemos aprender de las rocas?

“Las rocas se encuentran entre las cosas preciosas de la tierra, porque contienen tesoros de sabiduría y conocimiento. En las rocas y las montañas está registrado el hecho de que Dios destruyó a los malos de la tierra mediante un diluvio.” –Nuestra Elevada Vocación, pág. 254.

c. ¿Qué pregunta planteada a Job humilla incluso al más seguro de sí mismo? Job 38:16–18. ¿Qué deberían comprender las criaturas de Dios así como los escenarios y sonidos de la naturaleza? Job 12:7–10.

“Desde el solemne retumbar del trueno y el bramido incesante del viejo océano, hasta los alegres cantos que hacen de las selvas un concierto de melodías, las miríadas de voces de la naturaleza entonan las alabanzas de Dios. Contemplamos su gloria en la tierra, en el mar y en el firmamento, con sus maravillosos tintes y colores, que varían en grandioso contraste o se armonizan unos con otros. Los perennes collados nos hablan de su poder. Los árboles que hacen ondear sus verdes banderas bajo los rayos del Sol, y las flores en su delicada belleza, nos señalan al Creador. El vivo verdor que alfombra la tierra nos habla del solícito cuidado de Dios por sus más humildes criaturas. Las cavernas del mar y las profundidades de la tierra revelan sus tesoros. El que puso las perlas en el océano y la amatista y el crisolito entre las rocas, ama lo bello. El Sol que sale en el horizonte es representante de Aquel que es vida y luz de todo lo que hizo. Todo el brillo y la belleza que adornan la tierra e iluminan los cielos, hablan de Dios.” –El Ministerio de Curación, pág. 320.


Miércoles 16 de enero

4. EL PROPÓSITO DE LAS MONTAÑAS

a. Al contemplar la grandeza de las montañas, ¿qué deberíamos recordar? Salmos 65:5, 6; 90:2; Hebreos 11:3.

“El variado paisaje en las elevadas montañas y alturas rocosas, los profundos desfiladeros con sus rápidos y bulliciosos arroyos bajando desde lo alto, las innumerables cascadas que se desploman desde la cumbre, el agua que irrumpe como si golpearan las rocas, esparciendo el rocío como un velo, presta a este paisaje en su conjunto una belleza y grandeza incomparables.

“Las montañas contienen las bendiciones de Dios. He visto a hombres y mujeres considerar la majestad de las montañas como si realmente fueran una deformidad de la naturaleza. Parecen suspirar y decir: ‘¡Cuán innecesarias son! Sería feliz si sólo hubieran planicies y anchas praderas.’ Las montañas contienen los tesoros de las bendiciones que el Creador da sobre los habitantes de la tierra. Es la diversidad en la superficie de la tierra, en las montañas, llanuras y valles, lo que revela la sabiduría y el poder del gran Maestro Mayor de obras. Y los que desearían desterrar de nuestra tierra las rocas y montañas, los desfiladeros salvajes y los bulliciosos y rápidos arroyos, y los precipicios, así como las desagradables deformidades de la naturaleza, y tener una lisa y nivelada llanura –verían que su sentido también es muy limitado para comprender la majestad de Dios. Sus mentes están limitadas a las ideas estrechas.

“Dios, el gran Arquitecto, ha construido estas altas montañas, y su influencia en el clima es una bendición para nuestro mundo. Ellas extraen de las nubes la enriquecedora humedad. Las cordilleras son los grandes depósitos de Dios, que suministran su agua al océano. Éstas son las fuentes de las vertientes, arroyuelos y arroyos, así como de los ríos. Reciben en forma de lluvia y nieve los vapores con que se carga la atmósfera, y los trasmiten a las áridas llanuras más abajo. Deberíamos considerar a las asimétricas montañas de la tierra como fuentes divinas de bendiciones, de las que fluyen las aguas para el suministro de todas las criaturas vivientes. Cada vez que miro hacia las montañas siento gratitud a Dios. Mi corazón se eleva en alabanza a Aquel que conoce los deseos y necesidades del hombre. Si la tierra hubiera sido una llanura uniforme sería como un pantano estancado.” –Manuscript Releases, tomo 2, págs. 306, 307.

b. ¿Cómo pueden ser removidas “montañas” de dificultades? Mateo 17:20, 21.


Jueves 17 de enero

5. CONSCIENTES DE LO DELICADO

a. Así como el Señor nos pide que contemplemos la majestad de las montañas y oceanos, ¿qué más nos señala Él? Mateo 6:28, 29.

“El gran Artífice Maestro llama nuestra atención hacia las flores del campo, señalando los bellos coloridos y la maravillosa variedad de matices que una flor puede poseer. . . .

“El Señor nuestro Creador, emplea tanto cuidado, sabiduría y tiempo en la insignificante flor como en las grandes cosas que Él crea. En las flores más diminutas se ve una belleza y perfección que ningún arte humano puede copiar. Los delicados trazos de la rosa matizada, así como las estrellas en los cielos, demuestran las pinceladas del gran Artífice Maestro.” –Nuestra Elevada Vocación, pág. 256.

b. ¿Qué lección podemos aprender de la variedad de plantas y flores? Romanos 12:4–6; 1 Corintios 12:14–18, 22.

“De la interminable variedad de plantas y flores, podemos aprender una importante lección. No todas las flores son de la misma forma y color. Algunas poseen virtudes curativas. Otras tienen permanente fragancia. Hay profesos cristianos que piensan que es su deber hacer que todos los demás cristianos sean como ellos. Éste es el plan humano, no el plan de Dios. En la iglesia de Dios hay lugar para caracteres tan variados como las flores de un jardín.” –Nuestra Elevada Vocación, pág. 256.


Viernes 18 de enero

PREGUNTAS DE REPASO PERSONAL

1. ¿Por qué es importante para nuestra espiritualidad pasar mucho tiempo al aire libre?

2. ¿Qué podemos aprender de los collados y las montañas?

3. Nombre algunas lecciones interesantes que podemos aprender de las rocas.

4. ¿Qué beneficios medioambientales provienen del plan de Dios al crear las montañas?

5. ¿Qué comprensión desea Dios que obtengamos de la variedad de flores?

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